La escuela Matsubayashi cuenta con lo que no dudamos en llamar una historia viva del karate: sus 18 katas. Provenientes tanto de Tomari-te, de Shuri-te como de Naha-te, mantienen en constante fluir, a través de la vida y la práctica de cada practicante, las enseñanzas acumuladas en ellos a lo largo de los siglos por grandes maestros.

La práctica de kata fue desde siempre en elemento esencial en la transmisión del karate. Antiguamente, cada familia noble de Okinawa practicaba apenas unos pocos katas, uno, dos, tres, que eran transmitidos con celo de una generación a la siguiente. Y es que la riqueza encerrada en los kata es tanta, que a través de toda una vida de karate, el practicante serio jamás deja de descubrir nuevos niveles de profundidad en los cuales adentrarse. Y esto es cierto para cada kata, principalmente los más antiguos que son, también los más avanzados. Su estudio es infinitamente rico. Podemos decir, sin lugar a dudas, que un kata tiene el potencial de encerrar en sí mismo, todo el conocimiento de una escuela entera de karate.