Los rompimientos o Tameshiwari en japonés son una práctica que se extiende a varias Artes Marciales de diferentes culturas. Si bien los objetivos que se buscan realizándolos son muy similares, las técnicas empleadas son muy diversas.
Se realizan muchas veces con fines competitivos o en exhibiciones para demostrar la potencia que se puede llegar a desarrollar aunque los rompimientos no se basan solamente en potencia.
Las áreas con las que se golpea la superficie a romper son variadas, por ejemplo: los puños, dedos, codos, antebrazos, pies, rodillas, cabeza, etc.
Dependiendo de la técnica escogida para golpear, es el entrenamiento que se debe seguir, desde la correcta ejecución de la técnica hasta la velocidad, concentración y endurecimiento de la zona que hace impacto. También depende del material a romper, obviamente no es lo mismo romper una tabla que un bloque de hielo.
Los rompimientos pueden ser ejecutados de dos formas, en movimiento cuando se lanza el golpe hacia un objetivo o estático que es cuando un compañero nos golpea por ejemplo en el abdomen con el fin de romper una tabla. En ambos casos es esencial la concentración y el correcto acondicionamiento del área que golpea o soporta el golpe.
El endurecimiento lleva normalmente años de práctica continua, en Karate se emplea el Makiwara para acondicionar el cuerpo si bien el fin no es la práctica del Tameshiwari.
Pero los rompimientos no se practican solamente en Karate, también en Pencak Silat, Tae Kwon Do y varios Estilos de Kung Fu. Los monjes Shaolin eran expertos en estas técnicas donde podían ver los efectos de tantos años de entrenamiento físico y del desarrollo del Chi.
Las demostraciones de estos guerreros parecen sobrehumanas, son capaces de romper gran cantidad de tablas, ladrillos o bloques con un solo dedo.
Con el empleo de la Camisa de Hierro podían soportar golpes impresionantes dirigiendo el Chi a la zona golpeada, pero lo más impactante es que no quedaban marcas en la piel.
Antes se les atribuían poderes sobrenaturales ya que nadie podía explicar sus hazañas. Con el paso del tiempo otros Maestros de Artes Marciales demostraron que también era capaces de realizar impresionantes rompimientos, por ejemplo Mas Oyama (fundador del Karate Kyokushinkai) que en sus enfrentamientos contra toros rompía los cuernos con golpes de Shuto (filo de la mano), además de realizar exhibiciones rompiendo piedras, bloques, barras de hielo, etc. Se puede pensar que se trata de fuerza bruta, pero en cualquier técnica de Tameshiwari lo más importante es la concentración.
El practicante debe estar plenamente convencido de que es capaz de romper el objeto, si duda no lo logrará.
En los rompimientos dinámicos el golpe lanzado debe traspasar la superficie, la energía debe concentrarse en un solo punto, el de impacto. La respiración debe ser suave, la mente estar en blanco y toda la atención se encuentra en el objeto a romper o sea focalizar, si alguno de estos factores falla, no importa cuanta fuerza posea el practicante pero no tendrá éxito.
El fin de las Artes Marciales no es romper tablas, pero la práctica de rompimientos nos permite de alguna forma probar los golpes a plena potencia contra un objeto que presenta resistencia, algo que no podríamos hacer con un compañero al que seguramente le causaríamos lesiones.
Actualmente los rompimientos han quedado limitados a las exhibiciones en la mayoría de las Artes Marciales por lo que no se fomenta su práctica. Además existe la duda de muchos practicantes acerca de la seriedad de los mismos ya que se conocen casos donde se adulteraron materiales para facilitar el rompimiento.
La realidad es que las técnicas de Tameshiwari son verdaderas, después de años de entrenamiento, de endurecer las manos en el Makiwara hasta tener callos al igual que en los pies, de perfeccionar la técnica, concentración, focalización, velocidad y energía cualquier persona puede realizarlos.
TAMESHIWARI – El Arte en las Roturas